¿Mi mascota sueña?

Soñar, esa capacidad fantástica de vivir otros mundos y realidades mientras dormimos, no se trata más que de un mecanismo biológico de reparación cerebral que, aunque parezca largo e intenso, no dura más de unos minutos.

¿Experimentan este singular proceso también nuestras mascotas? La respuesta corta es ¡sí! Te explicamos por qué.

¿Sueñan los perros con huesos?

El cerebro de los perros es tan parecido al del ser humano que pasa por las mismas etapas de actividad y, al igual que nosotros, comienza a crear sueños alrededor de 20 minutos después de haberse dormido.

El sueño de los perros atraviesa una serie de fases que se intercalan a lo largo de las horas de reposo y es, en la fase de sueño profundo o REM, cuando nuestro perro sueña. Durante esta fase, se multiplica la actividad cerebral y es aquí donde podemos observar movimientos espontáneos como mover sus patas rápidamente, vocalizar e incluso ladrar.

Además, está comprobado que los conocimientos aprendidos por la mascota se refuerzan durante el sueño. Por ello los cachorros sueñan más que los perros adultos, ya que están procesando muchos estímulos y asimilando mayores cantidades de información y experiencias nuevas. 

Es curioso conocer que los perros de edad y tamaño más pequeña pasan más tiempo en su fase REM, las más profunda y en la que se sueña, teniendo así más sueños, aunque de duración más corta. Por el contrario, los perros adultos y de tamaño más grande, tienen menos cantidad de sueños, pero son más largos.

Sueños felinos

Los felinos se caracterizan por ser grandes dormilones, dedican a esta actividad nada más y nada menos que de 14 a 16 horas diarias. Pero no sueñan durante todo este tiempo, al igual que los perros, intercalan momentos de sueño ligero con fases más profundas o REM y es en este momento cuando su cuerpo se relaja por completo y aparecen algunos signos que pueden indicarnos que están soñando como, por ejemplo: movimientos de orejas, patas o cola, vocalizaciones, ronroneos y un movimiento muy característico de los ojos, que los apreciaremos en movimiento debajo de los párpados entreabiertos o cerrados.

Pequeñas mascotas

El sueño de ratas y otros roedores ha sido ampliamente estudiado, averiguando no solo que sueñan, sino que recuerdan en sueños actividades que han realizado justo antes de dormirse.

Las aves no sólo cantan durante el día, está comprobado que cuando duermen ponen en funcionamiento las neuronas que se activan cuando cantan, así que se afirma que las aves “sueñan que cantan”.

Los conejos también tienen espasmos o hacen movimientos extraños mientras duermen, sobre todo cuando lo hacen profundamente.

Está demostrado, sin embargo, que los reptiles no sueñan, pues no llegan a alcanzar la fase REM.

Tampoco los peces tienen esta capacidad, pues soñamos gracias a una función neurológica avanzada y los cerebros de estos seres acuáticos son sencillos y están dedicados a las funciones sensoriales principalmente.

Y tú, ¿sueñas con tu mascota?